miércoles, 16 de julio de 2014


Karley Durán
16/07/14 06:31 pm

Una de las Metas del Milenio para el 2015 es reducir en dos tercios la mortalidad infantil en todo el mundo. Y aunque la risa no disminuye cuantitativamente los fallecimientos, se ha comprobado que es la terapia más efectiva para mejorar la salud, especialmente la de los niños.


Cuando le preguntaron por qué decidió conformar la asociación, su tono de voz disminuyó, sus ojos se cerraron lentamente y las lágrimas viajaron por sus mejillas. Belkis Calderón los conoció en Maracaibo mientras su hija Fabiana recibía tratamiento oncológico. El cambio de ánimo y las sonrisas de Fabiana sirvieron de motivación. “Ella se marchó, pero ahora su sonrisa se multiplica en todos los niños que alegra Dr. Yaso en Valera, dice Belkis.
Son muchas las vivencias que se tienen en los hospitales, pero la historia de María Victoria sigue presente en los recuerdos del coordinador de Dr. Yaso en Valera, Pedro Rivas. Una visita, la alegría y una caída representan el comienzo del relato. Una carta, un videojuego, la felicidad y una despedida: “no llores porque hoy es el día más feliz de mi vida”, fue el final.
Arrancar una sonrisa a un niño no parece una tarea difícil, pero hacer reír a un pequeño enfermo sí constituye casi una proeza. Dr. Yaso, se ha convertido en la Asociación Sin Fines de Lucro nacional e internacional que esperan semana tras semana los niños hospitalizados para divertirse, sonreír y aliviar el dolor.
El Clown de la vida
El tema del payaso de hospital a nivel internacional empieza en 1970 con el doctor, Patch Adams, pionero en esta labor al fundar junto con varios colaboradores Big Apple Circus.
Doctor Yaso nació en febrero del 2005, desde entonces y hasta ahora está conformado en 24 estados del país. La organización se basa en la técnica del payaso de Clown, donde alegría, humor, sonrisa, juego, improvisación y contacto visual se unen para mejorar la calidad de vida en el ambiente hospitalario o en escenarios de abandono y tristeza.
La ciudad de Valera es la sede número once y está representada desde junio del 2009 por la Asociación Civil Fomentando Alegría y Bienestar Infantil (A.C FABI). Los voluntarios se eligen mediante talleres. Ser mayor de edad y tener ganas de repartir alegría son los requisitos. El trabajo es un poco secreto, así que el voluntariado lo conforman personas de todos los niveles, desde un vendedor de flores hasta un reconocido artista.
La coordinadora de A.C FABI, Belkis Calderón, informó que hasta la actualidad ellos han formado en siete talleres, 115 voluntarios; 76 mujeres y 39 hombres. Quedaron 46 activos. Han realizado un total de 328 visitas entre domingos y jueves especiales. 89 visitas extraordinarias en instituciones circunvecinas y han beneficiado 25.322 niños, niñas, acompañantes, adultos directos y personal sanitario.
El jefe de pediatría del Hospital Universitario Dr. Pedro Emilio Carrillo, Jesús Alizo, afirma que la técnica de Dr. Yaso ha mejorado significativamente la salud de los niños hospitalizados. Asegura que la actividad que ellos realizan, no sólo tiene un efecto en los infantes sino también en los familiares; “más aún en aquellos casos del área de hemato-oncología, donde los niños pasan de dos a seis meses hospitalizados y tienen tantas limitaciones”.
La psicólogo, Susana Pérez Araujo, respalda la afirmación del pediatra. “En un paciente oncológico o no, la enfermedad tiene un 30% de incidencia, mientras que el estado emocional un 70%. Muchas veces los niños se deprimen, se resisten a cualquier medicamento y hasta hacen huelgas de hambre, por eso la importancia de la risa en un enfermo. La risa es vida, es un medicamento que llena el alma”, aseguró la especialista.
Una meta
Las personas que ríen poco, o carecen de sentido del humor, son más propensas a padecer enfermedades graves. Por eso, la Organización Mundial para la Salud, en el año 2005, manifestó que la mayoría de los pacientes enfermos necesitan de una atención paliativa, esto incluye no sólo el alivio del dolor, sino también el apoyo espiritual y psicológico a los pacientes y sus familias.
La reducción de la mortalidad infantil, es el IV Objetivo de Desarrollo propuesto por las Naciones Unidas. El año meta para su cumplimiento se acerca. Las cifras de América Latina hasta el 2003 fueron favorables. Disminuyó 40,3%. Sin embargo, países como Haití, Bolivia, Guyana, Ecuador, Guatemala, República Dominicana, Perú, Honduras, Paraguay y Brasil registraron en el 2004, cerca de 270.000 muertes de menores de 5 años, lo que equivale a 61%.
            En Venezuela hasta el 2009 se registró 17.588 y para comienzos del año 2014, el boletín Epidemiológico número 1 del Ministerio de la Salud reseñó que se notificaron 114 muertes de niños menores de un año y la mortalidad de los recién nacidos (de 0 a 27 días) concentró 79,8% de los decesos.
En Trujillo, según Fundasalud, la cifra del 2012 fue de 235 y en el 2013 sumó 171. Las principales causas de muertes, han sido trastornos respiratorios y cardiovasculares específicos del período perinatal, malformaciones congénitas del sistema circulatorio, influenza, leucemia, neumonía, enfermedades infecciosas intestinales, trastornos hemorrágicos y hematológicos.
Desde el 2004 hasta el 2009, la prevalencia del cáncer ha sido de casi tres casos por mil habitantes en todo el mundo. El Instituto Nacional de Cancerología en Colombia reportó, para el año 2004, 321 casos nuevos de cáncer en niños y niñas, entre los cuales predominó la Leucemia Linfoide Aguda.
En la década de los 50, la duración media de vida de un niño diagnosticado de leucemia era de 19 semanas y únicamente el 2% sobrevivía más de 52 semanas. Sin embargo, hoy en día se ha alcanzado una tasa de supervivencia de niños oncológicos alrededor de 70%.
Efecto de la risa
El humorista y risólogo, Menahem Belilty, define la risoterapia  como “la forma más seria de usar la risa para sentirse mejor, curarse de algún mal físico o para eliminar la depresión, la angustia, la rabia, el odio y los resentimientos”.
Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa, algo que ha sido científicamente demostrado al descubrir que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de comenzar a reír.
Varios científicos de la Universidad de Loma Linda, en California, lideraron una investigación que determinó que los cambios que genera una sonrisa suceden a nivel químico provocando una sensación de bienestar físico por al menos 24 horas, cambia la química de la sangre, mejora el sistema inmunológico, detiene el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y generan efectos positivos en el sistema neuroendocrino.
Según el artículo científico Risoterapia: Un nuevo campo para los profesionales de la salud; un niño de 6 años ríe entre unas 300 a 400 veces al día, un adulto lo  hace sólo entre 15 y 100 veces y los adultos mayores sonríen menos de 80 veces diarias.
Además, la risa hace mover 400 músculos en todo el cuerpo, limpia las paredes arteriales de pequeños cúmulos de colesterol, permite que segreguen morfinas por el cerebro; libera dopamina (que mejora el estado de ánimo) y serotonina (que posee efectos calmantes); el corazón aumenta su frecuencia y es capaz de bombear cada minuto entre 140 y hasta 210 mililitros de sangre, cuando lo normal son 70.
Alegría humanitaria
La coordinadora de Relaciones Interinstitucionales de AC. FABI, Elizabeth Labarca, indicó que la visión de Dr. Yaso, es que en el mediano y largo plazo, exista un equipo de payasos en cada uno de los hospitales de Venezuela, con departamento de pediatría que permita incidir en mejora de la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes hospitalizados.
En Venezuela, todas las personas pueden contribuir a que un niño sonría, además de llevarles alegría a cualquier lugar, se pueden hacer donaciones económicas o de insumos a los hospitales, recolectar tapas plásticas de cualquier bebida, tamaño y color. Se entregan a los hospitales o centros de canje y éstas se convierten en vidas.
En el caso de Valera, a través de las declaraciones del doctor, Jesús Alizo, se constató que se requiere de un fondo económico. “Tener recursos económicos para ayudar a los pacientes que requieran de estudios  médicos costosos, es una de las principales necesidades que tenemos en este departamento. El llamado es para todas aquellas personas, instituciones tanto públicas como privadas que deseen aportar a la salud infantil”.
Según las Naciones Unidas el ritmo del descenso no es suficiente para alcanzar, en 2015, la meta de disminuir en dos tercios las cifras de mortalidad registradas en 1990. Pero contribuir a la humanización hospitalaria y aportar al desarrollo social, a través de la risa, el humor y la fantasía constituye un aporte fundamental en la salud infantil. Reír y hacer reír a los demás no cuesta nada.


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